Los Draugar


Pavorosas criaturas sobrenaturales pueblan la noche del norte. De entre ellas, quizás las más terribles sean los draugar ("el que camina de nuevo"). Estos seres habitan las tumbas, utilizando para sus fines los cadáveres y resguardando los tesoros con que los muertos a menudo eran enterrados.

Poseen una fuerza sobrehumana y tienen la capacidad de aumentar de tamaño y peso a voluntad, así como de convertirse en humo para atravesar las paredes, método que utilizan para salir de las tumbas durante la noche. Los draugar pueden causar la muerte de los animales que se acercan a su tumba: los pájaros caen muertos inmediatamente al revolotear sobre el sepulcro que contiene uno de estos seres, y el ganado que pace cerca de la tumba de un draugar enfermará de locura, antes de morir inexplicablemente.

Sin embargo, éste no es el mayor peligro que representan los draugar. A menudo abandonan sus tumbas para buscar víctimas humanas, a las que asesinan atacándolas con sus afilados dientes para beber su sangre o aplastándolas con su enorme peso. Incluso en algunos casos las víctimas son engullidas de un solo bocado. Con frecuencia hacen uso del trollskap, un tipo de magia que les permite cambiar de forma. Entre las apariencias más comunes que los draugar adoptan están la de una foca, un toro desollado, un caballo con el lomo partido, sin orejas ni cola, o un pequeño gato que se sienta sobre el pecho de una persona dormida para luego aumentar de tamaño hasta sofocarla. Esta magia también les permite controlar el clima, haciendo que el sol se oscurezca de repente, y llevar pestes a los poblados humanos. 

Los draugar parecen ser inmunes a la mayoría de las armas humanas y la luz del sol no les afecta, aunque prefieren moverse de noche. Para acabar con ellos es necesario seguirlos hasta su tumba, para poder decapitarlos mientras descansan, quemar su cuerpo y luego arrojar las cenizas al mar, pero esta tarea solo puede ser llevada a cabo por un héroe de gran valor y coraje.

Sin embargo, la mejor forma de combatir a los draugar radica en su prevención. Las personas malvadas, codiciosas y mezquinas son más propensas a convertirse en draugar después de la muerte, por lo que es necesario tomar medidas especiales para sus funerales. Un signo recurrente de que una persona se convertirá en un draugar es que el cadáver sea encontrado en posición vertical o sentado. Entonces, sus familiares deben proceder a preparar el cuerpo de manera especial: colocar un par de tijeras de hierro abiertas sobre su pecho, meter paja en sus bolsillos, atar juntos los pulgares de los pies o clavar agujas en sus zapatos para evitar que vuelva a caminar. También debe levantarse el ataúd tres veces, girándolo cada vez en una dirección diferente para desorientar al muerto. Finalmente, una de las paredes de su casa debe romperse para crear una "puerta del cadáver". Los familiares deben sacar el ataúd por esta puerta recién abierta, rodeándolo por completo para que el muerto no pueda ver hacia dónde le llevan. Después del entierro, esta puerta debe ser emparedada nuevamente, ya que los draugar solo pueden entrar a una casa por la misma puerta por donde salieron.

Algunos tipos de draugar, como los haugbui ("montículo"), no pueden abandonar su tumba y solo atacan a aquellos que invaden su territorio, por lo que entre los pueblos nórdicos era costumbre sacrificar a un hombre cada vez que se construía un cementerio. El desafortunado se convertiría entonces en un haugbui, destinado a proteger los terrenos del cementerio de cualquier ladrón de tumbas.

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