La Pesca de la Serpiente




Quizás con la intención de aliviar la pena de los dioses por la pérdida de Balder, Ægir, el gigante soberano de los océanos, decidió organizar un banquete. Por desgracia, no había suficiente cerveza para todos, porque Ægir no poseía un caldero lo suficientemente grande para prepararla. Ægir le encomendó a Thor la tarea de buscar un caldero de semejantes proporciones, pero ni Thor ni nadie la halló, hasta que Tyr le informó que Hymer el gigante con cabeza de perro, su padrastro, poseía uno de una milla de profundidad. Partieron en busca del palacio de Hymer para pedir prestado el caldero. Tyr se alegró de poder volver a su hogar y encontrarse con su madre Frilla, pero Thor se sintió horrorizado de ver a la abuela de Tyr, que tenía 900 cabezas. Tyr le explicó el motivo de su viaje a su madre y ésta accedió a ayudarles. Para que Hymer no sospechara, la madre de Tyr lo presentó como Véor. Al ver llegar a Thor, el gigante no sospechó nada y sacrificó tres bueyes para la cena, de los cuales Thor comió dos enteros, ante lo cual Hymer declaró que al día siguiente tendrían que salir de pesca si deseaban comer algo, ya que el dios había acabado con todas sus provisiones.

A la mañana siguiente,
 Hymer y Thor salieron a pescar y se aventuraron en mares demasiado profundos, hasta los dominios de la serpiente de Midgard. Una vez allí, Hymer pescó dos ballenas, mientras que Thor lanzó su caña de pesca utilizando la cabeza de uno de los bueyes que había devorado como cebo y Jörmungandr mordióel anzuelo, luchando frenéticamente contra su adversario. Mientras el dios lanzaba miradas de odio a la gran serpiente, ésta lanzaba mares de veneno.



Thor utilizó tanta fuerza que sus pies atravesaron el fondo del bote y se vio de pronto parado sobre el fondo marino. Logró subir a la serpiente hasta la quilla del barco y luego sobre la borda. Hymer en ese momento reconoció a su compañero de pesca como el dios del trueno, pero viendo a la gran serpiente de Midgard, se acobardó y cortó el sedal antes de que el barco naufragara, por lo cual Jörmungandr pudo escapar. Thor, enfurecido, golpeó a Hymer en la cabeza, lanzándolo al mar.

Luego volvieron a tierra e Hymer le pidió a Thor que arrastrara el bote a tierra y que cargara las dos ballenas hasta su casa. Thor cargó con el bote, las dos ballenas y con el mismo Hymer en sus espaldas.

Hymer estaba enfurecido por el engaño y decidió retar a Thor a un desafío. Apostó con él que no podría romper un tazón arrojándolo contra un pilar como prueba de fuerza. Thor lanzó el tazón, pero en lugar de romperse, atravesó el pilar. La madre de Tyr se acercó sigilosamente a Thor y le susurró al oído que lanzara el tazón contra la cabeza de Hymer, que era sólida como una roca. Así lo hizo Thor y el tazón se rompió en pedazos.

Hymer tuvo que reconocer su fracaso y perdió toda su fuerza en ese momento. Decidió entregar el caldero. Tyr intentó levantarlo pero no fue capaz de hacerlo. Thor, en cambio, lo colocó sobre sus hombros y partió rumbo a casa. Mientras iniciaban su viaje de regreso, volvió la cabeza para echar una última mirada a la morada del gigante, cuando alcanzó a ver una multitud de gigantes de muchas cabezas que se disponían a perseguirlos, en busca de venganza. Thor lanzó su martillo una y otra vez hasta que mató a todos los gigantes. Después, alegremente, volvieron con el caldero a la reunión de los dioses.

Ægir utilizó el caldero para preparar la cerveza y ahora, cada invierno, los dioses pueden disfrutar de ella en los salones del soberano de los océanos.

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