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Mostrando entradas de 2012

Los Nueve Mundos

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Yggdrasil, el árbol de la vida. Foto: redhistoria.com. Despues de matar al gigante Ymir, Odín y sus hermanos organizaron el universo en nueve mundos, todos ellos conectados por el gigantesco fresno Yggdrasil, el árbol de la vida, cuyas hojas se mantienen siempre verdes. Sus tres enormes raíces se extienden en tres direcciones: hacia Niflheim, donde nace el manantial Hvergelmir; hacia Midgard, donde se encuentra el pozo de Mimir ("el océano"); y hacia Asgard, hasta llegar a la fuente de Urdr. Su rama más alta, Lerad ("pacificador") da sombra al Valhalla, el palacio de Odín, y sobre ella se posa un águila, que lleva entre sus ojos al halcón Vedrfolnir ("tormenta pálida"), que con su mirada penetrante observa todo lo que acontece en los nueve mundos e informa de ello a Odín. Cuatro ciervos se alimentan de las hojas de Yggdrasil: Dain ("el muerto"), Dvalin ("el inconsciente"), Duneyr ("atronador en los oídos") y Durathor

La Primera Guerra

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Odín arroja su lanza sobre una multitud Vanir. Ilustración de Lorenz Frølich (1895).   En tiempos ancestrales, los dioses estaban divididos en dos razas muy distintas entre sí: los Æsir, dioses guerreros y belicosos, identificados con el cielo, y los Vanir, deidades más benévolas, pero mucho más versadas en la magia, identificados con el mar. La primera guerra de la que tengamos conocimiento se inició a causa de la visita indeseada de la hechicera Gullveig ("rama de oro") a los salones de los Æsir. Siempre que Gullveig visitaba Asgard dejaba entrever su pasión por el oro y tanta avaricia resultaba repulsiva a los ojos de los Æsir, por lo que decidieron quemarla viva, para lo cual crearon una hoguera en el centro de Glaðsheimr, la atravesaron con una lanza y la arrojaron a la hoguera. El problema fue que ella resucitó de entre las llamas, por lo cual los Æsir hicieron tres intentos más, pero el resultado fue siempre el mismo. Esto ocurría porque Gullveig era una bruja

Las Murallas de Asgard

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Tras la guerra con los Vanir, las murallas de Asgard se vieron destruidas, quedando vulnerable al ataque de los gigantes. Para reconstruirlas, los Æsir contrataron los servicios de un misterioso personaje que no era otra cosa que un gigante disfrazado, cuyo nombre hasta la fecha nos es desconocido, y que acordó reparar las murallas en un plazo de tres estaciones sin ayuda de ningún otro hombre. Los dioses aceptaron influidos por Loki, que si esto era así, le cederían en pago por su trabajo el Sol, la Luna y la diosa Freyja. Ahora bien, el arquitecto poseía un caballo maravilloso, capaz de transportar en un instante masas increíbles de roca, llamado Svaldifari. Tanto y tan bien actuó que, pocos días antes del plazo fijado, el palacio se aproximaba a su perfección. Los dioses, que habían establecido el pacto porque creían que el gigante no era capaz de cumplirlo, sintieron miedo, e increparon a Loki para que hiciera algo para evitarlo. Loki, temeroso de la furia de los dioses, s

El Pozo de Mimir

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Odín y Mimir. Foto: ecured.cu. Deseando poseer el conocimiento absoluto, Odín un día decidió visitar a Mimir ("el que recuerda"), el gigante que resguardaba el pozo al pie de una de las raíces de Yggdrasil. El dios solicitó a Mimir beber de las aguas del pozo, pero el gigante se negó a hacerlo a menos que Odín le entregara uno de sus ojos. Sin dudarlo por un momento, el padre de los dioses se arrancó el ojo izquierdo y lo entregó en pago. Mimir hundió el ojo en lo profundo del pozo para guardarlo como garantía y permitió que Odín bebiera. De inmediato, el dios adquirió la sabiduría para grabar runas y el conocimiento de los mágicos encantamientos que se describen en el Hávamál ("El Discurso del Altísimo"): El encantamiento para conseguir auxilio en las necesidades El encantamiento para devolver la salud a los enfermos El encantamiento para paralizar al enemigo El encantamiento para liberarse de cualquier atadura El encantamiento para detener las flechas e

El Hidromiel

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Al final de la querra entre Æsir y Vanir, todos los dioses y diosas escupieron en una vasija para sellar el acuerdo de paz. En lugar de dejar que la saliva se desperdiciara, los dioses decidieron formar con ella un hombre. Su nombre era Kvasir, el más sabio de los Vanir, tan versado en el conocimiento de los nueve mundos que pronto ganó renombre por su habilidad para contestar las preguntas de la gente. Nadie podía preguntarle algo que él no pudiera contestar. Kvasir viajó a lo largo y ancho del mundo para impartir a los hombres su conocimiento. En uno de sus viajes, se hospedó en casa de dos hermanos enanos, Fjalar y Galar, quienes arteramente llevaron a Kvasir hasta una cueva y lo asesinaron. Los enanos drenaron toda su sangre y la guardaron en dos grandes jarrones, Bodn ("ofrenda") y Són ("expiación") , y un caldero, Odrerir ("inspiración"). A la sangre del sabio agregaron miel y, dejándola fermentar, destilaron el divino hidromiel conocido como

El Anillo Maldito

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Hreidmar, un rey de los enanos, tenía tres hijos: Fafnir, el mayor, poseía un alma valerosa y un brazo fuerte; Otter, el segundo, era astuto y contaba con el poder de cambiar de forma a voluntad; Regin, el más pequeño, era poseedor de vasta sabiduría y gran habilidad de manos. Para complacer al codicioso Hreidmar, su hijo menor construyó para él una casa forrada de brillante oro y gemas preciosas. Fafnir era el encargado de custodiarla y nadie se atrevía tan siquiera a acercarse. Un día, Odín, Hœnir y Loki, disfrazados como seres humanos, llegaron al reino de Hreidmar en una de sus muchas expediciones para poner a prueba el corazón de los hombres. Mientras se acercaban a la casa de Hreidmar, cruzaron un riachuelo y Loki alcanzó a ver una nutria que tomaba el sol. Se trataba en realidad de Otter, el segundo hijo del enano, que había tomado esta forma para salir a pescar. El malvado dios mató a la nutria de una pedrada y se echó el cuerpo al hombro, pensando que luego les serviría p

Sigurd y Brunhild

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Después de matar a Fafnir, Sigurd se encontró poseedor no solo de increibles poderes sino de la inmensa riqueza que el dragón custodiaba. Pero un verdadero héroe no se conformaría con esto, también necesitaba crearse fama y reputación de guerrero. Con su recién adquirido conocimiento del lenguaje de las aves, Sigurd se enteró por medio de ellas de la existencia de una hermosísima doncella que yacía eternamente dormida en lo alto de una montaña, rodeada de un impenetrable círculo de fuego. Ésta era precisamente la clase de aventura que buscaba. Viajó entonces a Hindarfiall, una montaña tan alta que su cima se encontraba siempre rodeada de nubes. A medida que escalaba, empezó a percibir un enorme resplandor que cubría la cumbre. Al llegar allí, se dio cuenta de que el brillo procedía, efectivamente, de una barrera de fuego infranqueable que iluminaba el cielo y rodeaba un enorme castillo. Sigurd no se acobardó, sabiendo que era ahora invulnerable, incluso a las llamas, cruzó el cí

La Venganza de Gudrun

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Inconsolable por la muerte de su esposo Sigurd y temerosa de la maldad de su propia familia, Gudrun huyó de su casa y se refugió en el palacio de Elf, padrastro de su difunto marido, quien después de la muerte de Hiordis, la madre de Sigurd, había tomado por esposa a Thora, hija del rey Hakon. Las dos mujeres se hicieron grandes amigas y Gudrun permaneció en su compañía muchos años, ocupándose de tejer enormes tapices que contaban la historia y hazañas de Sigurd, junto a su pequeña hija Swanhild, cuyos brillantes ojos le recordaban a los de su esposo. Sin embargo, el inmenso tesoro de Sigurd permaneció en poder de Gunnar, quien se negó a entregárselo a su hermana, por temor a que lo utilizara para vengarse de todos los Niblungs. Mientras tanto, Atli, el hermano de Brunhild, se había convertido en rey de los hunos. Envió a Gunnar una delegación para pedir satisfacción por la muerte de su hermana. El rey de los Niblungs le prometió la mano de Gudrun en compensación. Fue, junto con s

Brisingamen

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La diosa Freyja, además de ser hermosa, era amante de las joyas, los adornos y el maquillaje. Un día, mientras viajaba por Svartálfaheim, encontró a cuatro enanos que trabajaban en el más maravilloso collar que ella hubiera visto. Inmediatamente, la llenó el irrefrenable deseo de poseer aquel tesoro, que se llamaba Brisingamen ("joya flameante") y era el emblema de las estrellas. Freyja imploró a los enanos que se lo entregaran, pero ellos obstinadamente se negaron, a menos que ella estuviera dispuesta a pasar una noche con cada uno de ellos. La verguenza era enorme, pero mayor aun era su deseo de poseer aquella joya, así que estuvo de acuerdo. No necesitamos entrar en más detalles sobre lo ocurrido entre la diosa y los enanos, pero cuando Freyja se puso el collar, su belleza fue aun más fulgurante que antes, así que decidió a partir de ese día llevarlo puesto día y noche, y solo ocasionalmente se le pudo persuadir de prestarlo a alguno de los otros dioses, como cuando Th

La Creación de Mjölnir

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La travesura más cara de Loki fue cortar el cabello a Sif, mientras ésta dormía. Cuando su marido Thor se enteró, a punto estuvo de romper todos y cada uno de los huesos de Loki si no llega a ser porque éste juró a Thor que conseguiría que a Sif le creciera cabello de oro, así como satisfaría también a Odín y Freyr por su osadía. Loki fue en busca de unos elfos oscuros, como se conocía a los hijos de Ivaldi, para que hicieran el cabello de oro para Sif, así como otros grandes regalos para Odín y Freyr. Los hijos de Ivaldi tenían renombre por ser los mejores artesanos y Loki creyó estar seguro de que no habría mejor regalo posible para compensar su travesura. La vanidad de Loki le llevó a presumir de las creaciones de los hijos de Ivaldi diciendo que no habría enano capaz de crear algo más bello y más útil, poniendo como precio de la apuesta su propia cabeza. Los hermanos Brokkr y Sindri, rivales de los hijos de Ivaldi, aceptaron el reto de buena gana. Usaron piel

Thor en Jotunheim

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Thor convenció un día a Loki de que viajaran a Jotunheim, la tierra de los gigantes, enemigos de los dioses. Loki no estaba muy seguro, pero Thor le prometió protegerlo de cualquier peligro. Así que, temprano por la mañana, salieron en el carro volador de Thor, tirado por sus dos machos cabríos, Tanngnjostr ("que rechina los dientes") y Tanngrisnr ("dientes esparcidos"), rumbo a Midgard. Por la tarde, llegaron a la granja de una familia de campesinos. La familia les ofreció acomodarlos por esa noche, pero eran tan pobres que no podían ofrecerles nada de comer. Thor sacrificó a sus dos cabras y las puso a cocinar. Extendiendo las pieles de los machos cabríos, invitó a la familia a disfrutar del banquete, pero les advirtió que no quebraran ningún hueso y que los arrojaran en las pieles. Sin embargo, Thjalfi, el hijo de la familia, estaba tan hambriento que no pudo resistirse a partir en dos un hueso para comerse el tuétano. A la mañana siguiente, Thor tomó su