Hermod y el Hechicero
Aquejado por súbitas pesadillas que no le permitían conciliar el sueño, Odín había buscado la ayuda de las Nornas para encontrar la razón de su inquietud, pero no logró obtener de ellas ninguna respuesta. Sintiendo que algo desastroso estaba por ocurrir, no conseguía recuperar la tranquilidad a causa de la duda. Desesperado por una respuesta, le ordenó a uno de sus hijos, Hermod, quien además era su asistente personal, que partiera al norte, rumbo a Finlandia, para consultar a un poderoso hechicero que se decía habitaba en aquel país. Hermod vistió su armadura y cabalgó sobre el caballo de ocho patas de su padre, Sleipnir, al que solo él, además de Odín, podía montar. También llevó consigo la vara que el Padre de Todo utilizaba para grabar poderosas runas mágicas, para poder conjurar cualquier peligro que se presentara durante su viaje. Se decía en el norte que Rossthiof ("ladrón de caballos") era el más poderoso hechicero de Finlandia, con el poder para convo