El Molino Mágico



Frodi reinaba en Dinamarca cuando había paz en el mundo. Este rey había recibido de Hengi-kiaptr un par de piedras de molina magicas, llamadas Grótti, que podían producir cualquier cosa que su dueño deseara. Sin embargo las piedras eras demasiado grandes para poder levantarlas, Un día, Frodi visitó al rey Fjölnir, soberano de Suecia, y allí encontró a dos gigantas de montaña, llamadas Menja y Fenja, que estaban siendo vendidas como esclavas. Las gigantas eran altas y fuertes, tanto que fácilmente podrían poner a funcionar el molino. Frodi las compró y las llevó consigo a Dinamarca.

Una vez de regreso, las gigantas instalaron las piedras en el molino y, a una orden de Frodi, éste empezó a producir oro, paz y prosperidad. El rey estaba encantado con el regalo. Ahora podría acumular tanto oro como la imaginación pudiera concebir y, al mismo tiempo, su pueblo viviría en paz durante largos años. Las gigantas trabajaban al tiempo que cantaban esta canción:

"Pongámonos a moler riquezas para Frodi,
pongámonos a moler en él, felices,
lleno de substancia,
en nuestro regocijante molino".

Alegremente, las mujeres trabajaron hora tras hora, hasta que los cofres del rey estuvieron rebosantes de oro. Menja y Fenja necesitaban descansar pero el rey les ordenó continuar moliendo. A pesar de sus súplicas, Frodi las hizo trabajar sin parar, permitiéndoles descansar sólo el tiempo que duraba la canción. Las gigantas, exasperadas por la crueldad del rey, decidieron entonces cobrar venganza. Una noche, mientras Frodi dormía, cambiaron la canción y en lugar de oro, paz y prosperidad, el molino empezó a producir un ejército al mando de Mysinger, un sangriento vikingo. La nueva canción decía así:

"Un ejército debe venir,
hacia adelante avanzar,
y quemar la ciudad
para el príncipe".

Mientras la magia del molino producía su perdición, los daneses continuaron durmiendo, y antes de que despertaran, el ejército de Mysinger arrasó con todo el reino. Frodi, junto a todos los pobladores de Dinamarca, fueron asesinados.

Mysinger tomó las piedras mágicas y a las dos esclavas, poniéndolas a bordo de su barco para llevarlas a Noruega. Mientras estaban en el mar, el vikingo les ordenó que pusieran a trabajar el molino de inmediato, produciendo sal, una valiosa materia prima en aquel entonces. Menja y Fenja obedecieron. Las piedras de molino empezaron a girar, produciendo sal en abundancia. 

Pero Mysinger, igual de cruel que Frodi, no les permitió descansar ni por un momento. Entonces las gigantas, enfurecidas, empezaron a moler como nunca antes. Se produjo tal cantidad de sal como nunca nadie había visto y, bajo su peso, el barco se hundió con todos sus ocupantes. Las piedras se hundieron en el mar al noroeste de la costa de Noruega, creando un profundo agujero en el lecho marino. Las aguas entraron por él a gran velocidad, produciéndose así el temible remolino que hoy conocemos como Maelstrom. En cuanto a la sal, toda ella se disolvió en el agua del mar, la que desde entonces se volvió salada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Muerte de Balder

El Castigo de Loki

El Pozo de Mimir