La Ira de Skadi



Al enterarse de la muerte de su padre Thjazi a manos de los Æsir, la poderosa Skadi tomó sus armas y armadura y marchó hacia Asgard para tomar venganza. Incluso Odín estaba temeroso de enfrentar a esta portentosa diosa del invierno, por lo que decidió aplacarla. Como primera condición, Skadi impuso que los dioses debían hacerla reír. Esto no resultaba una tarea fácil, ya que la gélida indiferencia de Skadi iba a ser difícil de vencer. Pero Loki, amo de las travesuras, tuvo una idea. Se ató con una cuerda a la barba de una cabra y comenzaron a tirar cada uno hacia su lado, ambos chillando fuertemente. Luego Loki cayó en el regazo de Skadi, logrando hacerla reír.

Salvado el primer obstáculo, Odín ofreció a Skadi poner los ojos de Thjazi en el cielo como dos estrellas y permitirle desposar un dios. La única condición que impuso es que Skadi sólo podría ver los pies de los pretendientes al momento de elegir.

Así, los Æsir se colocaron tras una cortina que ocultaba todo su cuerpo a excepción de sus pantorrillas. Skadi esperaba poder elegir a Balder, el más bello de los dioses, pero en su lugar quedó prendada del más hermoso par de pies que había visto en su vida. Al escoger, se dio cuenta que el elegido era Njord, uno de los Vanir y deidad de los mares. La piel de Njord estaba maltratada por el largo tiempo en el mar y olía a sal. Aunque Skadi no estaba del todo complacida, era una diosa honorable, y aceptó los términos del acuerdo, desposando a Njord.

Pero la feliz pareja no lo fue tanto, ni por mucho tiempo. No estaban hechos el uno para el otro. Skadi quería vivir en Thrymheim, el reino en las montañas en Jotunheim que había pertenecido a su padre, pero Njord deseaba quedarse en el mar, en su residencia de Noatun, por lo que hicieron un acuerdo. Decidieron pasar nueve noches en Thrymheim y otras nueve noches en Noatun, de forma alternada. Cuando Njord regresó a su residencia admitió que no le agradaban las montañas, prefiriendo el canto de los cisnes a los aullidos de los lobos. En cambio, Skadi le explicó que no era capaz de dormir en Noatun por los chillidos de las gaviotas. Después de un tiempo, se separaro y Skadi regresó a Thrymheim.

Al dejar a Njord, Skadi se casó con Odín y le dio muchos hijos, incluyendo a Sæming, ancestro de la dinastía real y de los duques y condes de Noruega.

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