Starkad


Starkad Aludreng vivía en Noruega, en las cascadas de Alofuss. Era un gigante nacido con ocho brazos. Cuando llegó a la edad de casarse, estaba profundamente enamorado de la  joven Ogn. La pobre mujer estaba horrorizada de casarse con aquel gigante. Un día, aprovechando que Starkad había marchado de viaje al norte del Elivágar, otro gigante llamado Hergrim raptó a Ogn, con quien tuvo un hijo al que llamaron Grim. Starkad retó a Hergrim a un holmgang ("duelo"). Starkad usó cuatro espadas al mismo tiempo y mató a Hergrim. Ogn no deseaba ser esposa de Starkad y prefirió el suicidio, apuñalándose a sí misma con una espada. Starkad se apropió de todo lo que pertenecía a Hergrim, incluido su hijo Grim.

Pero Starkad Aludreng no estaba dispuesto a quedarse solo. Viajó a Alfheim, el reino de los elfos, donde conoció a Álfhildr, hija del rey Álfr. Pero esta vez no se arriesgó al desprecio de la joven y decidió raptarla. Con ella tuvo una hija, Baugheid. El rey elfo, al ver que su enemigo era un gigante de ocho brazos, suplicó la ayuda de Thor, quien respondió de buen grado a su deseo y rescató a la princesa, después de matar a Starkad. Baugheid creció para convertirse en una hermosa doncella y luego se casó con Grim, el hijo de Hergrim, con quien tuvo a un hijo, Storkvid. 

Storkvid era un guapo muchacho de cabello negro, de tamaño descomunal y una gran fuerza. Al hacerse mayor, entró al servicio del rey Harald de Agder, quien debido a sus proezas le concedió la isla de Thurma. Allí, Storkvid construyó su casa y raptó a la hija del rey de Halogaland, para convertirla en su esposa. Juntos tuvieron un hijo a quien llamaron Starkad, en honor a su abuelo. Cuando el rey de Halogaland descubrió el paradero de su hija, atacó la isla de Thurma con un gran ejercito. Como consecuencia, la casa de Storkvid fue quemada con toda la familia dentro. Solo el pequeño Starkad pudo salvarse y fue rescatado por el rey Harald.

Starkad vivió a partir de entonces en la corte de Harald, donde fue recibido con gran alegría. Allí, se hizo gran amigo de Vikar, el príncipe heredero. Una noche, el rey Herthjóf de Hordaland atacó por sorpresa el reino, consiguió matar al rey Harald y tomar a Vikar como rehén para asegurarse un comportamiento adecuado por parte de los habitantes de Agder. Entre los hombres de Herthjóf, había uno llamado Grani, a quien apodaban "crin de caballo". Éste tomó a Starkad, quien para entonces tenía sólo tres años, como su prisionero, pero con el tiempo le tomó cariño, hasta el punto de considerarlo como su propio hijo. Cuando Vikar creció, reunió una partida de guerra, donde estaba incluido Starkad, y vengó a su padre, matando a Herthjóf junto con treinta de sus mejores guerreros. Vikar se convirtió así en rey de Agder y Hordaland. Muchas otras batallas vivieron juntos; Starkad permaneció al lado de Vikar por quince veranos.

Cuando Vikar y Starkad navegaban desde Agder a Hordaland con un gran ejército, repentinamente vino la calma y se quedaron sin viento. La tripulación optó por rogar a los dioses en un blot ("sacrificio") con derramamiento de sangre y decidieron echar a suertes quien debía ser sacrificado. Tras repetir el sorteo varias veces, siempre era Víkar quien salía elegido. La tripulación dejó entonces la decisión para el día siguiente. Grani, el padre adoptivo de Starkad, viajaba con ellos. Llevó al joven aparte de los demás y le ordenó seguirle. Tomaron un bote y remaron hasta una pequeña isla cercana. Al desembarcar, caminaron hasta un bosque donde un gran número de personas estaban reunidas. Once hombres presidían la reunión sentados cada uno en una silla. Pero una silla quedaba vacante. Grani se sentó en ella y todos los presentes lo saludaron como Odín. Su padre adoptivo era en realidad el mismo Odín, Padre de Todo. El consejo de los dioses se había reunido para decidir el destino de Starkad.

Odín había decidido brindarle su protección y bendecirlo, pero Thor se oponía rotundamente. Por ser descendiente de un gigante y de una princesa de los elfos, el dios del trueno lo condenó a no tener hijos, para que así su linaje muriera con él. Sin embargo, no hay nadie que pueda decirle a Odín lo que puede hacer, así que el Padre de Todo le concedió a Starkad la bendición de vivir tres vidas humanas. Thor, enfurecido, decretó que en cada una de ellas cometería un delito imperdonable. Odín le dio el don de poseer las más excelentes armas, pero Thor lo condenó a no poseer nunca tierra ni castillos. Odín le concedió abundancia de riquezas, pero Thor lo maldijo haciéndole sentir que nunca tendría suficientes propiedades. Odín decretó que Starkad tendría siempre la victoria en las batallas y Thor dispuso que en todas ellas sería gravemente herido. Odín le regaló el don de la poesía, pero Thor lo condenó a olvidar siempre sus poemas. Odín decidió que siempre tendría la más alta estima entre los ricos y poderosos, sin embargo, Thor le maldijo con el desprecio del pueblo. Odín pidió a Starkad enviarle al rey Vikar en pago por las bendiciones y Starkad no tuvo más remedio que estar de acuerdo. Starkad hizo una soga de sauce y lo puso alrededor del cuello del rey con el pretexto de que era solo para mostrar cómo debía realizarse el sacrificio. Sin embargo, el nudo estaba tan apretado que el rey estaba muriendo y Starkad le dio el golpe de gracia con su espada. Así Vikar encontró la muerte. Ese fue el primer delito que Starkad cometería a causa de la maldición de Thor. Starkad escapó para servir a los reyes Alrek y Eirík en Uppsala.

Muchas aventuras vivió Starkad a partir de entonces, participando en muchas batallas, donde siempre resultaba mal herido. Muchos reyes solicitaban sus servicios, así que acumuló enormes riquezas. Pero la maldición de Thor le seguía a donde fuera. Durante el transcurso de su segunda vida, entró al servicio del rey Ingeld, hijo de Frodi, quien llevaba una vida dedicada a los excesos. Starkad lo despreciaba y cuando se enteró de que Helga, la hermana de Ingeld, estaba a punto de casarse con un humilde orfebre, se disfrazó para buscarlo. Cuando encontró al pretendiente, lo castró y luego volvió al castillo, donde abofeteó a la princesa Helga. Después de este cobarde acto, su segundo crimen imperdonable, tuvo que huir a la corte del rey Halfdan de Suecia. Pero Helga pronto se comprometió con Helgi, un príncipe noruego. Durante la ceremonia de compromiso, otro pretendiente, Angantyr, se opuso a la boda. Retó a Helgi a un duelo por la mano de Helga. El novio, quizás algo envalentonado a causa de la cerveza que se había servido en el brindis, no solo aceptó sino que retó a Angantyr a presentar batalla junto a sus ocho hermanos. Pronto Helgi se dio cuenta de que no podría vencer a Angantyr y solicitó la ayuda de Starkad. 

Cuando Starkad se presentó en la corte de Ingeld, Angantyr y sus hermanos se burlaron de él, lo que solo sirvió para enfurecerlo. A la mañana siguiente, antes del amanecer y sin esperar a que Helgi se levantara, Starkad salió al campo de batalla para enfrentar a Angantyr. Se sentó en una piedra a esperar y mientras esto sucedía la nieve empezó a caer sobre su cabeza. Cuando Angantyr se presentó, Starkad estaba cubierto de nieve hasta el cuello. Los hermanos se burlaron nuevamente de él y cuando le preguntaron si deseaba enfrentarlos de uno en uno o todos a la vez, Starkad respondió que lucharía con todos al mismo tiempo. El enfurecido guerrero pronto dio muerte a seis de ellos, pero los últimos tres le fueron más dificiles de vencer. Al final de la lucha había recibido diecisiete heridas profundas. Tan cansado se sentía que se dejó caer sobre una piedra con tanta fuerza que dejó en ella la marca de su silueta.

Continuó luego su vida de aventuras. Mató a muchos oponentes, incluso gigantes y vìrgenes guerreras (skjaldmö). Recibió graves heridas que en una ocasión le provocaron que un pulmón saliera de su pecho; en otra, seriamente herido en el vientre, se le salieron los intestinos; en batalla contra el rey Haki, recibió una herida en el cuello tan grande que podía verse a través de ella; la skjaldmö Vebiorg le golpeó con su espada a la altura de la boca y la herida le provocó la caída del mentón. Starkad tuvo que atarse la barba alrededor de la cabeza para conseguir que su barbilla se mantuviese en su lugar. En la misma batalla perdió un dedo de la mano derecha. 

En una de sus múltiples batallas, incluso se enfrentó a Sigurd, el verdugo de Fafnir. Starkad estaba por entonces al servicio del rey Sigurd Ring de Suecia, que exigía tributo a Sigurd. Al negarse éste, Sigurd Ring le declaró la guerra. En el ejército sueco podía distinguirse fácilmente la descomunal figura de Starkad. Sigurd decidió atacar primero a este guerrero. Cuando Starkad se dio cuenta de que su oponente era el mismo Sigurd, el asesino del dragón Fafnir, intentó escapar pero Sigurd fue tras él y le asestó un golpe con su espada Gram que le arrancó dos dientes. Sigurd entonces le ordenó a Starkad que abandonara la contienda. Cuando Starkad abandonó la batalla, el ejército sueco huyó presa del pánico.

Starkad, lleno de verguenza, tuvo que huir pero fue recibido con honores en la corte del rey Olo en Dinamarca. No obstante, cuando este rey marchaba a la conquista de Selandia, Starkad fue convencido de unirse a Lennius, un rey enemigo, y atacar a Olo. El rey danés era difícil de matar porque su mirada asustaba a cualquiera que le observara. Starkad entró en la habitación del rey mientras éste tomaba un baño, pero al ver la mirada de Olo cayó de espaldas. Entonces Olo supo que su momento había llegado y prefería morir por la espada para poder así llegar a Valhalla. Se tapó los ojos y permitió que Starkad lo asesinara. Ese sería su último crimen imperdonable. Starkad fue recompensado con 120 kilos de oro, pero pronto lamentó su crimen y vengó la muerte de Olo matando a Lennius. 

Cuando Starkad ya era anciano y deseaba morir, con una notable ceguera, rodeó su cuello de oro para tentar a los ladrones y se fue a pasear. Hather, hijo de Lennius, había contratado a unos jinetes para matarle, sin embargo, estos no pudieron cumplir su cometido y lograron únicamente apresarlo y llevarlo ante su rey. Frente a Hather, Starkad cantó acerca de sus logros y al darse cuenta de que Hather era de noble cuna, el anciano le pidió ser su verdugo. Starkad prometió a Hather todo su oro, a cambio de que le cortara la cabeza. Como Starkad era descomunalmente alto, se colocó frente a él un tronco para que Hather pudiera alcanzarlo. El anciano le dijo que si era capaz de saltar desde el tronco y cortarle la cabeza, se volvería invulnerable. Pero Hather alzó su espada y golpeó a Starkad a la altura de los hombros, evitando saltar del tronco porque sabía que sería aplastado por el enorme cuerpo del anciano al caer. Cuando la cabeza cayó al suelo, levantó un montículo de tierra que mostró lo feroz que llegó a ser. Hather no quiso que el viejo guerrero permaneciera en la intemperie, le mostró el debido respeto y lo enterró en un túmulo en el mismo lugar donde dejó su marca sobre la piedra. Según algunas tradiciones, hasta hace poco aún era posible ver la espada de Starkad en el agua, bajo el puente Roljung, cuando el nivel del agua era bajo. 


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