Las Huldra


En ocasiones un hombre puede perderse en el bosque y, en medio de la niebla o la lluvia, toparse con una huldra. Estas seductoras hadas (cuyo nombre deriva de la raiz que significa "encubierto" o "secreto") tienen la apariencia de hermosas mujeres con cola de zorro o vaca, que esconden cuidadosamente bajo su falda, y sus espaldas se asemejan a un tronco de árbol hueco, mismo que cubren con su cabello para que no puede verse. Las huldra poseen una fuerza física sobrehumana y resulta muy difícil herirlas, además de poseer otros poderes sobrenaturales. Las huldra poseen extensos rebaños de ganado y perros que les ayudan a cuidar de ellos. Tienen grandes habilidades para el canto, pero siempre lo hacen en tono melancólico. También existen los equivalentes masculinos de esta especie de hadas, a los que se les conoce como huldrekall, pero son extremadamente feos, con largas narices, y habitan sobre todo en cavernas y minas. A menudo, al igual que otros tipos de hadas y criaturas mitológicas del norte, las huldra secuestran bebés humanos, a los que reemplazan con sus propios hijos, que conciben con humanos, ya que no pueden reproducirse entre ellos.

Si el hombre tiene suerte, la huldra intentará seducirlo y si él responde a sus atenciones y logra satisfacerla, la ninfa podría hacerle acreedor de una recompensa y brindarle su bendición. Pero si la huldra no logra satisfacer sus deseos, matará al hombre sin contemplaciones. Sin embargo, el hombre que se enamora de una huldra continuará regresando al mismo lugar una y otra vez en su búsqueda hasta que finalmente, agotado, muera de debilidad. También es posible lograr que una huldra contraiga matrimonio con un hombre, pero en este caso perderá su cola y vivirá tranquilamente, a menos que entre a una iglesia, en cuyo caso perderá también su belleza, transformándose en un horrible esperpento.

Existen formas de alejar a las huldra. Como la mayoría de seres sobrenaturales del folklore nórdico, le temen al hierro y a la sal. Basta con llevar consigo cualquiera de estas sustancias para que una huldra se aleje. Pero si un hombre ya ha sido hechizado por los encantos de una huldra, la única forma de romper el encantamiento es atarse a sí mismo ramas de matacabras y vandelrot, a fin de que la huldra pierda interés en él. También puede intentarse descubrir la espalda putrefacta de la huldra, cuya espantosa visión romperá el hechizo, pero esto resulta mucho más difícil ya que la huldra intentará defender su secreto.


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