Las Nornas
Las Nornas son deidades del panteón nórdico encargadas del tejer el destino de todas las criaturas. No son precisamente diosas, sino algo más poderoso. Habitan junto al pozo de Urd, al pie del árbol Yggdrasil. Las Nornas resaltan la creencia nórdica en un destino predeterminado, donde cada vida es un hilo en un gran telar cósmico. Sus acciones influyen en la vida de todos, desde los humanos hasta los dioses más poderosos, subrayando la inevitabilidad del destino.
Aunque su número siempre ha sido discutido, Snorri Sturlusson nos presenta en la Völuspá una tríada de estos seres: Urd (o Wyrd, "lo que ha sido"), Verdandi ("lo que es") y Skuld ("lo que será"), representando así el pasado, presente y futuro de todas las criaturas. Ellas son las encargadas de extraer agua del pozo de Urd para regar las raíces de Yggdrasil con el fin de evitar que se marchite.
Su origen también es un misterio, ya que no existe ningún recuento de su creación. Asimismo, no queda claro a qué raza pertenecen, sino que parecen provenir de muchas diferentes, tal como atestigua el siguiente fragmento que el poema Fáfnismál (que forma parte del Codex Regius) pone en boca del dragón Fafnir:
"De muchos nacimientos
las Nornas deben ser,
no de una sola raza;
algunas son parientes de los dioses,
otras de los elfos,
y algunas son hijas de Dvalin".
Sin embargo, existe en la Völuspá una velada referencia acerca de la procedencia de las tres Nornas principales, en donde se insinúa que son gigantas:
"En sus moradas, en paz,
jugaban en las mesas,
y los dioses sabían
que no faltaba oro,
hasta que llegaron
tres doncellas gigantes,
de gran poder,
de Jotunheim".
El Vafþrúðnismál (parte de la Edda Poética) añade más datos acerca de su origen y arroja luz sobre la información que aparece en la Völuspá al aclarar que, si bien las Nornas fueron criadas entre los gigantes, son más bien hamingjas o espíritus protectores:
"Sobre las moradas de la gente,
tres descienden
de las doncellas de Mögthrasir,
las únicas Hamingiur
que quedan en el mundo,
aunque criadas por Jötuns".
Las Nornas visitaban la cuna de cada bebé recién nacido para asignarle un destino. Así sucede en el Helgakviða Hundingsbana I, donde se dice sobre el héroe Helgi Hundingsbane, quien acaba de nacer, que las Nornas "nombraron el más famoso de todos los luchadores y el mejor de los príncipes que jamás existiría".
Sin embargo, las Nornas también son consideradas como portadoras de muerte. La referencia más clara acerca de este papel en la vida de los mortales aparece en la Ynglingasaga (Sturlusson, circa 1221), cuando describe el funeral del rey Halfdan:
"Y a una reunión,
la doncella de Hveðrungr
llamó al tercer rey
del mundo,
en el momento en que Halfdan,
quien vivía en Holt,
había aceptado
el juicio de las nornir;
y en Borró,
los hombres victoriosos
ocultaron más tarde al rey".
La frase "el juicio de las nornir" es utilizada aquí para expresar que la muerte es la última e inevitable decisión que las nornas pueden tomar sobre la vida humana.
En ocasiones, las Nornas interferirían directamente en el destino de algunas personas, como es el caso de Atli en el Guðrúnarkviða II, donde se le aparecen en sueños para advertirle que su esposa planea asesinarlo.
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