Nornagest

 

La Muerte de Nornagest por Gunnar Vidar Forssell.

Norna-Gest era hijo de un hombre llamado Thord Thingbiter, que habitaba en Grøning, Dinamarca. Al nacer, tuvo la fortuna (o la desdicha) de ser visitado por las tres principales Nornas para recibir su destino. Urd y Verdandi le concedieron maravillosos dones, pero Skuld, al ver que sus hermanas habían beneficiado desmesuradamente al recién nacido, declaró que su vida duraría tanto como el tiempo que tardara la vela que iluminaba la habitación en extinguirse. Urd de inmediato apagó la vela y se la entregó a la madre de Nornagest. 

El pequeño creció para convertirse en todo aquello que las Nornas benévolas le habían prometido y con el tiempo su madre le reveló el oscuro secreto del cual dependía su vida. Nornagest se convirtió a partir de entonces en el guardían de la vela cuya existencia estaba tan íntimamente ligada a la suya.

Saber que no podría encontrar la muerte a menos que la vela que resguardaba fuera consumida por completo se convirtió en una bendición para Nornagest. Así pues, se unió a numerosos caudillos vikingos, entre los que se cuentan Sigurd Fafnirsson,  Björn Ironside y sus hermanos, Starkad, el rey sueco Sigurd Hring, el rey Erik de Uppsala, el rey Harald Hárfagri y el rey Hlodver. Así, vivió a lo largo de trescientos años. 

Finalmente, Nornagest se alojó en la corte del rey Olaf Tryggvason empleándose como su guardaespaldas. Ante el rey relató su larga vida llena de aventuras y accedió a ser bautizado a solicitud del rey. Cansado tras tantos años de lucha, Nornagest entonces encendió la vela y permitió que se cumpliera la profecía de Skuld. En cuanto la vela se consumió por completo, Nornagest cerró los ojos para nunca más volver a abrirlos.