Las Mare


En el folclore nórdico y germánico, las mare (también conocidas como mára, marlíðendr martröð en nórdico antiguo) son espíritus malignos o súcubos que causan pesadillas al sentarse sobre el pecho de las personas mientras duermen, induciendo estados de sofocamiento o parálisis, un fenómeno conocido en la actualidad como terrores nocturnos. Estos seres pueden tomar la forma de una mujer (a veces joven y hermosa, aunque otras toman el aspecto de una anciana decrépita), un sapo, un perro, un gato o un búho, atormentando a los humanos. De hecho, la palabra en inglés para "pesadilla" (nightmare) se deriva del nombre de estos espíritus. Las mare también pueden ser el alma de una persona viva o muerta, especialmente mujeres pecaminosas, que han sufrido un daño o que murieron solteras.

La principal fuente literaria sobre la existencia de estos seres se encuentra en la Ynglinga Saga. Vanlandi Sveigðisson, rey de Uppsala, pasó mucho tiempo viajando para conocer el mundo. En uno de estos viajes, el invierno lo sorprendió en Finlandia donde se refugió en casa del gigante Snær ("nieve") y terminó por casarse con su hija Drífa. Al llegar la primavera, Vanlandi regresó a Uppsala, prometiendo volver luego de tres años. Sin embargo, pasaron diez años antes de que Drífa se convenciera finalmente que su esposo no regresaría. Envió a Visbur, el hijo de ambos, a Suecia para buscar a su padre, pero éste no volvió. Entonces mandó llamar a la bruja Huld para que hechizara a Vanlandi para que volviera a Finlandia o lo matara si se negaba a hacerlo. Cuando Huld lanzó su hechizo, Vanlandi sintió enormes deseos de volver a Finlandia, pero sus amigos le aconsejaron no hacerlo, explicándole que aquella ansiedad era producto de la brujería del norte. Al darse cuenta que su hechizo no estaba dando resultado, Huld envió una mare para matar a Vanlandi. Cuando éste se fue a dormir, despertó al poco tiempo gritando que un espíritu aprisionaba su pecho. Sus hombres corrieron a ayudarle, tratando de levantarle de la cama. Entonces la mare se posó sobre sus piernas hasta el punto de casi quebrarlas; cuando los hombres de Vanlandi intentaron levantar sus piernas, la mare se posó sobre su cabeza, causándole la muerte.

Otra fuente, la Vatnsdæla Saga, cuenta que Thorkel Silfri tuvo un sueño en el que cabalgaba sobre un corcel de color rojo que apenas tocaba el suelo mientras corría. Él pensó que dicho sueño era un buen presagio, pero su esposa lo sacó del error haciéndole saber que en realidad había cabalgado sobre una mare y que el color rojo solo podía presagiar sangre. De igual forma, en la Eyrbyggja saga la hechicera Geirrid es acusada de tomar la forma de una marlíðendr para causar heridas a Gunnlaug Thorbjornsson.

Las mare a menudo cabalgan caballos por la noche, dejándoles sudorosos y exhaustos al llegar la mañana. También suelen enredar el cabello de las personas o las crines de los caballos, formando lo que se conoce como marflätor ("trenzas de mare") o martovor ("enredos de mare") en sueco. Las mare incluso cabalgan sobre algunos árboles. Los pinos que crecen torcidos y de tamaño más pequeño sobre rocas de la costa o en pantanos son conocidos en Suecia como martallar ("pinos de mare") o en alemán como Alptraum-Kiefer ("pinos de pesadilla").

En Alemania, donde las mare son conocidas como môr, se creía que suelen entrar a una casa a través de un agujero en la pared que un carpintero olvidó sellar apropiadamente y pueden ser atrapadas cerrando dicho orificio. Un relato cuenta que un môr que atormentaba a una mujer noche tras noche fue atrapado de esta forma. Eventualmente se casó con la mujer y tuvieron varios hijos. Sin embargo, años después se enteró de cómo había sido atrapado, abrió nuevamente el agujero en la pared y escapó por él, volviendo para visitar a su familia solo una vez al año. Otro cuento relata que una môr fue atrapada al pintarle las manos con pintura verde. Su captor entonces la ató a un roble, que de inmediato se secó pero continuó temblando. 

También se dice que para evitar que una mare regrese se le debe invitar a desayunar un tazón de leche fría y pan con mantequilla. De esta forma, nunca volverá. Otro método consiste en hervir agua en una jarra recién comprada y sellada con un corcho nuevo. La mare entonces pedirá que se quite el corcho y nunca regresará. En el norte de Polonia, específicamente en la región de Pomerania, la gente solía dejar un par de zapatillas colocadas de cabeza al lado de la cama para prevenir la visita de una mare. Otros métodos para alejar a las mare incluyen beber café antes de ir a dormir, untar con heces la puerta de la habitación, dormir con un cinturón de cuero o una guadaña, colocar una escoba y una hacha cruzadas sobre el umbral de la puerta, arrebatarle su sombrero o arrojarle un nudo corredizo al cuello mientras está sentada sobre el pecho de su víctima. Para proteger al ganado se debe colgar una urraca muerta en la entrada del establo, clavar un punzón en la puerta, colocar listones rojos a los caballos o ubicar un espejo sobre el pesebre para que la mare se asuste al ver su propio rostro.

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