Los Huldufólk

 


Con el nombre de Huldufólk ("pueblo oculto") se conoce en la tradición islandesa a un grupo de seres míticos, similares a las hadas y los elfos, que habitan en un mundo paralelo en Islandia y las Islas Feroe. Se les describe como semejantes a los humanos, pero más altos, hermosos y sabios. Habitan en la naturaleza, especialmenteen promontorios rocosos, y tienen la capacidad de hacerse invisibles al ojo humano, dejándose ver solo cuando así lo desean. En sus orígenes, los huldufólk no se diferenciaban de los elfos (álfar), pero con el tiempo la tradición islandesa les fue dotando de una identidad propia.

De acuerdo a Konrad von Maurer, historiador islandés del siglo XIX, la única diferencia visible entre los humanos y los huldufólk es que el filtrum (ese canal vertical en el centro del labio superior, entre la nariz y la boca) en estos últimos es convexo, en lugar de cóncavo. En la tradición de las Islas Feroe, los huldufólk son "enormes en tamaño, sus ropajes son grises y tienen cabello negro. Sus viviendas son montículos" (Dennis L. Gaffin,1996). Por esta razón, los islandeses evitan a toda costa lanzar piedras contra estos promontorios porque podrían golpear a un huldufólk. De la misma forma, la gente debe evitar orinar cerca de cualquier lugar donde se sospeche que habiten los huldufólk, so pena de causar su ira.

Con la llegada del cristianismo a Islandia a partir del siglo XI d.C., la tradición creó una explicación para el origen de los huldufólk. Se dice que después de haber sido expulsados del Paraíso, Eva solía olvidar bañar a sus hijos y cuando Dios se presentó para visitarla, ella decidió esconderlos por vergüenza. Entonces Dios declaró que lo que el hombre esconde de Dios, Dios lo esconderá del hombre. Otras tradiciones cristianas cuentas que los huldufólk son descendientes de Lilith, la primera esposa de Adán de acuerdo al folclore demonológico judío.

Un cuento islandés relata que un viajero se perdió una noche y llegó a una cabaña. Al tocar la puerta, una mujer anciana abrió y el viajero solicitó pasar allí la noche. La mujer le presentó a sus hijas, después de alimentarlo. Cuando se fue a la cama, el hombre recibió la visita de una de las hijas de la mujer, pero cuando éste intentó abrazarla, sus manos atravesaron su cuerpo. Asustado, inquirió qué estaba sucediendo. Entonces la anciana le explicó que ellas eran huldufólkángeles que mantuvieron su neutralidad cuando Lucifer se rebeló contra Dios, siendo sometidos al castigo de vivir en la Tierra, pero sin poder mezclarse con los humanos.

En todo caso, los huldufólk forman en la actualidad parte importante de las tradiciones islandesas y feroesas. Por ejemplo, se acostumbra limpiar la casa a profundidad antes de la Navidad para evitar que los huldufólk se enfaden. En la noche de Año Nuevo, se cree que los huldufólk se mudan de casa y la gente prende velas en los campos para ayudarles a guiarse en la oscuridad. La noche del 6 de enero de cada año (conocida como Threttándinn o "duodécima noche") se encienden hogueras con los árboles de Navidad conocidas como álfabrennur. Esta es la única noche en que el pueblo oculto se hace visible para los humanos, y el rey y la reina de los huldufólk cabalgan por el campo, visitando diferentes hogueras. En la noche del 24 de junio, conocida como Jonsmessa, cuando se celebra la festividad de San Juan Bautista, se cree que si las personas visitan una encrucijada en el camino, los huldufólk intentarán seducirlas con comida y regalos. Si alguien en estas circunstancias cae en la tentación de aceptar los presentes de los huldufólk recibirá un terrible castigo; pero si es capaz de resistirse, recibirá a cambio una generosa recompensa.

A pesar de que recientes encuestas revelan que solo un 7-8% de los islandeses creen en la actualidad en la existencia de los huldufólk, las tradiciones acerca del pueblo oculto siguen tan arraigadas en esta nación que la planificación de carreteras a través del campo a menudo se realiza tomando en cuenta los lugares donde se cree que habitan. En 1971, en la localidad de Kópavogur, un bulldozer que intentaba mover una roca se descompuso repentinamente. El conductor adjudicó la razón del desperfecto a que aquella roca era la residencia de un huldufólk. Reporteros de diversos medios de comunicación social acudieron a la escena, dando amplia cobertura al suceso, alimentando así el mito de la presencia de huldufólk en esa zona. En 2013, mientras se planificaba la construcción de una carretera a través de un campo de lava entre la península de Álftanes y la ciudad capital de Reykjavík, varios grupos ambientalistas protestaron que se alteraría el hábitat de los huldufólk, entre otras razones.


Montículo rocoso ubicado en Álfaborg, Islandia, que se cree habitado por huldufólk.

Existen no menos de 17 lugares en Islandia "oficialmente" reconocidos como viviendas de huldufólk Álagablettur ("lugares de poder" o "puntos encantados"), entre los cuales el más famoso es el valle de Ásbyrgi. Cuenta la leyenda que en ese lugar, una noche en que Odín dirigía su "cacería salvaje", su caballo Sleipnir accidentalmente posó una de sus patas en el terreno, dejando una enorme marca en forma de herradura en el suelo. Luego de aquel suceso, los huldufólk se mudaron allí. Otra leyenda cuenta que en la localidad de Laugarvatn, una mujer llamada Margrét dijo haber visto huldufólk viviendo en el musgo de las colinas. Un hombre llamado Gíslabær, sin embargo, cortó el musgo mientras cosechaba heno. Al año siguiente todas sus vacas murieron y desde entonces nadie se atreve a tocar ese musgo.

En las Islas Feroe se cree que los huldufólk desaparecieron con la llegada de la electricidad. Un cuento explica que un hombre tuvo la  fortuna de casarse con una huldufólk, pero que con el pasar de los años ésta comenzó a desaparecer de su vista cada vez con mayor frecuencia. Ella le reveló que eventualmente desaparecería por completo y que la única forma de evitarlo era remachar un clavo en el umbral de la puerta de su casa.


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