El Blót
En la religión de los antiguos pueblos nórdicos, el blót (también llamado geblót en inglés antiguo) era uno de los rituales de sacrificio más importantes. Por lo general, involucraba la inmolación de animales o víctimas humanas, además de un banquete comunal, con la intención de agradecer a los dioses o asegurar determinados resultados, tales como buenas cosechas o el éxito en batalla.
Los blóts de mayor importancia eran organizados por los reyes para asegurar su legitimidad. Con la llegada del cristianismo, muchos gobernantes conversos que se negaban a celebrar blóts fueron depuestos por su pueblo. Los más fastuosos blóts se llevaron a cabo en los templos de Uppsala y Mære.
El historiador alemán del siglo XI Adam de Bremen ofrece una descripción del Templo de Uppsala en su libro Gesta Hammaburgensis ecclesiae pontificum. Lo describe como hecho de oro, con un enorme salón principal donde se podían ver las estatuas de los tres dioses principales: Thor, Odín y Freyr. La estatua del dios del trueno estaba ubicada en un trono central de mayor tamaño, mientras que los otros dos lo flanqueaban. Thor blandía su famoso martillo Mjolnir, Odín vestía armadura completa, mientras que Freyr estaba representado con un enorme pene erecto, símbolo de fertilidad. Cada uno de los dioses tenía un sacerdote específicamente designado y los sacrificios se realizaban de acuerdo a las necesidades del momento: si había hambruna o plaga, se hacía un sacrificio a Thor, si el pueblo se encontraba en guerra, se ofrecía a Odín y si el objetivo era pedir la bendición para una boda, el sacrificio era dedicado a Freyr.
Detalle de la piedra Stora Hammars I mostrando a un hombre que yace boca abajo sobre lo que se ha especulado es un stallar, mientras otro utiliza un arma para cortar su espalda.
La Piedra de Stentoften, exhibida en la actualidad en la iglesia de Sankt Nicolai en Sölvesborg, Suecia. Contiene la descripción escrita en runas del sacrificio de nueve machos cabríos y nueve caballos para atraer fertilidad a la tierra.
En el capítulo 10 de su Ynglinga Saga, Sturlusson explica que, cuando los Æsir llegaron a Suecia, Odín se asentó a orillas del lago Maelare. Allí enseñó a los hombres la costumbre de realizar blóts y otorgó a los demás dioses sus propios asentamientos. El dios Freyr recibió Uppsala como su propiedad y, tras la muerte de su padre, fue nombrado rey de toda Suecia. De acuerdo a esta misma fuente, Freyr "levantó un gran santuario en Uppsala y estableció allí su residencia principal, destinándole todos los tributos que le correspondían, tanto tierras como bienes muebles. Este fue el origen de los bienes de la corona de Uppsala, que se han conservado desde entonces."
Otro historiador alemán del siglo XI, Thietmar de Merseburg, ofrece en su libro Chronicon Thietmari una descripción de los blóts celebrados en Dinamarca:
"He oído cosas maravillosas sobre sus antiguos sacrificios, y no los dejaré pasar por alto. En esas zonas, el centro del reino es un lugar llamado Leire, en la región de Seeland. Cada nueve años, en el mes de enero, después del día en que celebramos la aparición del Señor [6 de enero], todos se reúnen aquí y ofrecen a sus dioses un holocausto de noventa y nueve seres humanos y otros tantos caballos, junto con perros y gallos, estos últimos en lugar de halcones. Como ya he dicho, estaban convencidos de que éstos les servirían ante los que moran bajo tierra y les asegurarían el perdón de cualquier fechoría. Nuestro rey hizo bien al prohibirles practicar tan abominable rito."
Otro tipo importante de blót era el dedicado a las diosas o las valkyrias y que era llamado disablót, llevado a cabo durante las noches de invierno. El ritual era prácticamente el mismo que durante los blóts, con la diferencia que el sacrificio podía (aunque no necesariamente era obligatorio) ser llevado a cabo por una sacerdotisa.
Blóts de menor importancia podían ocurrir en cualquier momento del año, pero siempre en lugares seleccionados para tal fin, tales como arboledas, ciénagas, lagos o cascadas considerados sagrados.
Por lo general, las víctimas humanas solían ser prisioneros de guerra pero, si no se disponía de uno, un miembro de la comunidad debía ser seleccionado. A menudo los blóts se realizaban en relativa sucesión hasta obtener el resultado esperado. Así, por ejemplo, si una sequía no terminaba tras la celebración de un blót, uno tras otro debían realizarse hasta que llegaran las lluvias. En ocasiones, se debía elevar el rango de la víctima hasta conseguir resultados.
Tal fue el caso del rey sueco Domalde. En el Yngliga Saga, Sturlusson cuenta que durante su reinado malas cosechas y hambruna aquejaron a su pueblo. El primer otoño se sacrificaron bueyes en Uppsala, pero las cosechas no mejoraron. El siguiente otoño sacrificaron hombres, pero el resultado fue aun peor. El tercer otoño los jefes de familia se reunieron y decretaron que Domalde debía ser sacrificado. Su sangre se roció sobre las estatuas de los dioses y las cosechas mejoraron. Le sucedió su hijo Domar, cuyo reinado fue próspero.
Otro propósito importante del blót era la adivinación. De acuerdo al Eyrbyggja Saga, Thórólf Mostrarskeggi llevó a cabo un blót para determinar si debía abandonar Noruega:
"Thórólfr Mostrarskeggi preparó un gran sacrificio y preguntó a Thor, su amado amigo, si debía reconciliarse con el rey o abandonar el país para buscar un nuevo destino; y la respuesta dirigió a Thórólfr a Islandia."
Con el fortalecimiento del cristianismo en la región, los blóts fueron siendo cada vez menos frecuentes, llegando a ser prohibidos cuando los gobernantes y la mayoría del pueblo se convirtieron a la nueva religión. Para facilitar la aceptación de estas nuevas leyes, se incorporaron algunos elementos originales del blót, dándole un nuevo significado, tal como se atestigua en la Historia de los Reyes, una crónica noruega que data del siglo XII:
"[El rey Óláfr Tryggvason] ...abolió las fiestas y sacrificios paganos, en cuyo lugar, como un favor al pueblo, ordenó las fiestas de Navidad y Pascua, la cerveza de la misa de San Juan y la cerveza de otoño en San Miguel."
Finalmente, para mediados del siglo XI los blóts ya estaban proscritos por las leyes de la mayoría de los reinos europeos. Fuertes penas y cargos criminales fueron impuestos por diversos códigos legales, tales como el Norðhymbra Preosta Lagu en Noruega o el Gutalagen de Gotland, Suecia, para aquellos que realizaran blóts, hasta causar su eventual extinción.
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